Sombra aquí y sombra allá...

La señora mira de reojo a las demas personas del tren antes de concentrarse en el contenido de su gran cartera. Saca un pequeño estuche que obviamente guarda mas cosas de lo que puede resistir, por lo que ciertas partes ya estan descosidas cerca del cierre. Lo abre y vuelve a mirar hacia adelante para verificar que nadie la esta observando. Saca una base para la cara y empieza a pasarselo rapidamente por las mejillas, despues los ojos y finalmente el cuello.
Todavia la observo y ya ha terminado de aplicarse la base y el labial; ahora busca algo en su estuche sin exito. Cuando la veo sacar una pequeña tapa de mentolatum de esas metalicas no puedo evitar sonreirle. Me acuerdo de mi madre y de sus improvisaciones.
Mira otra vez alrededor un poco avergonzada mientras empieza a rizarse las pestañas con la vieja tapa oxidada.
Vuelve a buscar dentro del estuche sin fondo y encuentra un rimel, y otro y otro. Se los va a aplicando con increible destreza, la destreza de alguien que ha hecho esto por muchos años. Sus pestañas se empiezan a engruesar y poco a poco sus ojos se van transformarndo en los de una muñeca antigua, de aquellas que cuando se acuestan cierran los ojos, con esas pestañas tan largas que podrian atrapar una mosca en pleno vuelo.
Creo que ha terminado pues se apresura a guardar el maquillaje y mira por la ventana. Sus ojos se pierden en los edificios por largo rato hasta que la voz en el altoparlante dice que llegamos a "los heroes". Se pone de pie un poco nerviosa, lista para ir a su trabajo.




Bueno, los que leyeron esto, es un ejercicio de recuerdo que trato de hacer a veces solo para saber que tanto detalle puedo recordar cuando salgo a observar a los demas.
Ah!, antes de que se me olvide. Es el colmo que me digan "lei tal cosa en tu blog" y no posteen nada.